Nelson Mandela.
Cuánta razón tiene Mandela
diciendo esta frase, y es que es cierto que la educación nos abre las puertas
de un mundo nuevo, donde nosotros a través de lo aprendido somos capaces de
aportar cosas nuevas a la humanidad, o bien en ausencia de ella, desbaratarla
un poquito más. La educación por tanto, está ahí para hacernos personas, para
educarnos en valores y para enseñarnos a enseñar. Puede que alguno de los lectores se estén
perdiendo mientras leen este texto, les comprendo. Parece que la realidad a la
que me refiero no coincide con su descripción. Quizás si dijera que la
educación es la propaganda que nos hace ser mejores ciudadanos, mejores
socialistas o mejores liberales, me
estaría explicando mejor.
Muchas veces tengo la sensación
de que muchos políticos se piensan que todos los españoles, o al menos la nueva
generación, somos un poco…¿cómo decirlo?...¿idiotas?. Parece, que ellos creen que les hemos
alquilado nuestro devenir y nuestra libertad de pensamiento a ellos, y que los
hilos con los que nos mueven no nos pesan,
y que no nos importa que cada x años con cada nuevo gobierno las leyes
educativas se cambien, o que las ideologías se superpongan a la mejora
educativa. Lo más gracioso de todo es que piensan, por encima de todo, en hacer
el mundo a su manera, con mi voto y con el tuyo.
Basándome por tanto en la
concepción real de la educación,
esa que nos permite cambiar el mundo, no adoctrinarlo, creo que esta debería dejar
de estar tan indefensa en manos de la
casta política y pasar a la de los padres y expertos educativos. Son estos los
únicos que están legitimados, unos por su conocimiento y los otros por su
potestad, a decidir el tipo de educación que quieren para los jóvenes. También es cierto que ambos no se libran de
las intenciones partidistas, sobretodo porque en España tanto tiempo de
manipulación ha logrado una sociedad en la que las personas toman como propias
las disputas y objetivos de las ideologías y partidos. Pero bueno, nada importante es tarea fácil
Por tanto, y con esto concluyo,
yo creo en un sistema educativo basado en las libertades de elección y
expresión en pro de los estudiantes y padres. Que cada padre pueda elegir dónde
va a estudiar su hijo, cómo va a hacerlo, y qué asignaturas va a cursar. Todo
esto apoyado por una ley de educación en continua mejora, gracias a la
dedicación de un grupo de expertos en la materia, AJENOS A IDEOLOGÍAS. ¿ Tan
difícil es conseguir un modelo así? No, pero mientras los intereses de la
educación sean distintos a su naturaleza, enseñar y no adoctrinar, imposible.
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