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jueves, 24 de octubre de 2013

Educación: ¡Políticos, no somos vuestros idiotas!



 “La educación es el arma más poderosa que puedes utilizar para cambiar el mundo”

Nelson Mandela.

Cuánta razón tiene Mandela diciendo esta frase, y es que es cierto que la educación nos abre las puertas de un mundo nuevo, donde nosotros a través de lo aprendido somos capaces de aportar cosas nuevas a la humanidad, o bien en ausencia de ella, desbaratarla un poquito más. La educación por tanto, está ahí para hacernos personas, para educarnos en valores y para enseñarnos a enseñar.  Puede que alguno de los lectores se estén perdiendo mientras leen este texto, les comprendo. Parece que la realidad a la que me refiero no coincide con su descripción. Quizás si dijera que la educación es la propaganda que nos hace ser mejores ciudadanos, mejores socialistas o  mejores liberales, me estaría explicando mejor.

Muchas veces tengo la sensación de que muchos políticos se piensan que todos los españoles, o al menos la nueva generación, somos un poco…¿cómo decirlo?...¿idiotas?.  Parece, que ellos creen que les hemos alquilado nuestro devenir y nuestra libertad de pensamiento a ellos, y que los hilos con los que nos mueven no nos pesan,  y que no nos importa que cada x años con cada nuevo gobierno las leyes educativas se cambien, o que las ideologías se superpongan a la mejora educativa. Lo más gracioso de todo es que piensan, por encima de todo, en hacer el mundo a su manera, con mi voto y con el tuyo.







Basándome por tanto en la concepción real de la educación, esa que nos permite cambiar el mundo, no adoctrinarlo, creo que esta debería dejar de estar tan indefensa en manos de la casta política y pasar a la de los padres y expertos educativos. Son estos los únicos que están legitimados, unos por su conocimiento y los otros por su potestad, a decidir el tipo de educación que quieren para los jóvenes.  También es cierto que ambos no se libran de las intenciones partidistas, sobretodo porque en España tanto tiempo de manipulación ha logrado una sociedad en la que las personas toman como propias las disputas y objetivos de las ideologías y partidos.  Pero bueno, nada importante es tarea fácil

Por tanto, y con esto concluyo, yo creo en un sistema educativo basado en las libertades de elección y expresión en pro de los estudiantes y padres. Que cada padre pueda elegir dónde va a estudiar su hijo, cómo va a hacerlo, y qué asignaturas va a cursar. Todo esto apoyado por una ley de educación en continua mejora, gracias a la dedicación de un grupo de expertos en la materia, AJENOS A IDEOLOGÍAS. ¿ Tan difícil es conseguir un modelo así? No, pero mientras los intereses de la educación sean distintos a su naturaleza, enseñar y no adoctrinar, imposible.

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