Hace mucho tiempo, unos cinco mil
años, en la llanura de Valencia estaban asentados una pequeña comunidad de
cazadores y recolectores. Por desgracia, en reiteradas ocasiones la sequia y la
falta de alimento les visitó, cosa que acabó mermando con el paso de los años
la moral y el físico de todos sus miembros. En consecuencia, la mayoría de la
relaciones sociales se fueron agriando, comenzaron a proliferar los conflictos y
el buen ambiente que en su día hubo en la aldea ya solo era una mero recuerdo.
En el pueblo había un gran número de siameses, todos ellos
unidos por la cabeza. Si ya era duro en
el contexto de crisis de la aldea aguantar al vecino, imagínense la dificultad
de aguantar todos los días a la misma persona
teniéndola pegada . Fue entonces
cuando, una siamesa harta de su situación y deseosa de gozar de una mínima
autonomía, se dirigió al padre chamán
del poblado para presentarle sus quejas y sus revolucionarias ideas para atajar
lo que para ella era un problema, su unión con su hermano. A esta chica le llamaban la Tronada, por sus
espontaneas iluminaciones y genialidades.
- …Padre ya no aguanto más al
lado de mi hermano. Quiero que usted intente separarnos, y ya sé que es
peligroso, pero prefiero morir en el intento a tener que sufrir esta situación
toda mi vida. Mi derecho a decidir sobre mi cuerpo, ¡no lo comparto con nadie!
- Así sea, hermana- el chamán ,
levantó la cara un instante de su smartphone, y con una leve inclinación de la
cabeza despidió a la plebeya.
…
Los siameses yacían en el suelo
totalmente adormecidos por los efectos de las hierbas medicinales que el chamán
les había hecho fumar. Este, cuidadosamente separaba poco a poco con una piedra
los cráneos de los hermanos. Tras cuatro
horas de intenso trabajo por fin quedaron separados. El hermano se despertó
aturdido un par de horas después de finalizada la operación, la hermana “
Tronada”, prefirió en una clara muestra de espontanea genialidad no volver a levantarse .
El parcial éxito de la operación
ilusionó enormemente a gran parte del poblado, sobretodo a los siameses, que
como locos se presenciaron en la tienda del chamán exigiendo sus servicios a la
voz de “Nuestro derecho a decidir sobre nuestro cuerpo no lo compartimos con
nadie”. A pesar del promedio de una muerte por operación, el fenómeno de
separación de siameses fue un rotundo éxito.
Con el paso del tiempo, a medida
que se sucedían los años de hambre y sequía, los padres de niños siameses
viendo lo difícil que ya era mantener a
un hijo, escudándose en la imposibilidad de cuidar a dos, comenzaron a reclamar
los servicios del chamán, ahora más conocido por el pseudónimo de London. “Sobre nuestra descendencia siamesa
decidimos”, esta vez este era el lema. A diferencia de antes, los siameses
ya no elegían por sí solos.
Sorprendentemente, nadie sabe muy
bien por qué, se dejó de tener noticias
de la existencia del poblado poco tiempo después de estos hechos. La teoría más
apoyada acerca de este fenómeno, habla de que el chamán, no solo hizo servicios
siamésicos, sino que debido a la demanda del pueblo, empezó a a hacerlo con
ancianos, después con deformes, y por
último con cualquiera que le exigieran sus conciudadanos. Parece que debido a
esto, el poblado se extinguió. Sólo se conserva de él, el Smartphone del
chamán, ¡y dato curioso!, su última búsqueda en pedrolo-google era : “significado de
dignidad humana”.
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