Stockholm es una película que puede pasar desapercibida en las
redes de arrastre de cualquier cartelera, pero no envidia a otras propuestas
expuestas que por su capital atraen al público general. Es en su sencillez
donde radica su genialidad, como aquella obra de arte que admiramos sin saber
muy bien por qué. Para los que llegaron tarde, sencillez y profundidad, nunca
se tuvieron por enemigas, y esta película tiene ambas.
¿La historia?: Una noche, un
chico (Javier Pereira), una chica (Aura Garrido), una fiesta… Él ¿se enamora? y
sale detrás de ella; pero ella le rechaza. Él, tozudo, se obstina y habla y ríe
y salta y grita y ¡se desnuda!, por Dios: solo quiere un beso. Sale el sol,
todo cambia.
La película se presentó en la
Sección Oficial del pasado Festival de Cine de Málaga, y obtuvo los premios de:
mejor director, mejor actriz y mejor guión novel. También recibió el Premio
SIGNIS y Premio Especial Jurado Joven. Todo un éxito para el joven realizador
Rodrigo Sorogoyen que sigue cosechando premios nacionales e internacionales,
que no hacen sino ratificar las muchas
esperanzas que existen en esta nueva generación de jóvenes cinematógrafos españoles.
La realización es buena y
presenta puntos interesantes de cine independiente. Sorogoyen despliega su
propuesta artística con especial atención en la puesta en escena y el color –la
última escena es una síntesis de cómo los colores añaden psicología al
personaje-. Además introduce detalles técnicos muy sugerentes, como: una
secuencia en la que los protagonistas caminan por una galería traspuestos, para
finalmente quedar alineados en un mismo plano. Por otro lado, brilla con fuerza
la interpretación de Aura Garrido que sostiene por sí misma la totalidad del
metraje, e incluso sale al rescate del otro personaje (interpretado por Javier
Pereira) que parece desvanecerse en los momentos más dramáticos –no así, en el
primer acto -.
Pese a no ser del todo redondo,
lo más interesante es el guion –coescrito con Isabel Peña-. En el primer acto
los diálogos son frescos y naturales, aunque por ello comete el error de no
conducir con ritmo más ligero la trama. Es necesario darse un fuerte golpe de
cabeza para entrar en el vibrante segundo acto. Es en esta segunda mitad cuando
el metraje adquiere toda su fuerza dramática. La oscuridad ya no tapa las
imperfecciones y los personajes se muestran como quienes son. La gran virtud es
que es un texto imprevisible, no busca la salida fácil y sorprende en cada
pulsación.
Stockholm
nos cuenta la locura de enamorarse y de amar. Nos
habla de la realidad, de la dura realidad y del peligro de hacer de la vida un
frenesí –como sí se tratara de un cuento de hadas y bonitas carrozas, pero que
se desvanece cuando llega la media noche-. El guión busca no dejar indiferente
a nadie, obliga a una respuesta y un examen de conciencia, del que todos nos
advertimos implicados. Nos muestra una generación, nuestra generación, perdida
en lo superficial y es por esa razón por la que no podemos acceder a unos
personajes que son psicológicamente complejos, aunque lo deseemos, e incluso
los protagonistas, pero no puedan.
NOTA: 8/10.
Título original: Stockholm Director: Rodrigo Sorogoyen. Año/País:
2013/ España. Intérpretes: Javier
Pereira, Aura Garrido. Guión: Rodrigo
Sorogoyen, Isabel Peña. Productora: Caballo
Films / Morituri / Tourmalet Films. Género:
Romance.
La película se estrenará el próximo día 8 de noviembre, si no te la quieres perder búscala en salas concretas de tu ciudad o accede a: http://www.stockholmlapelicula.com/index.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario